NO TODO LO QUE BRILLA EN INTERNET ES ORO: LA TRATA TAMBIÉN SE ESCONDE DETRÁS DE UNA PANTALLA

Todo comienza con un mensaje amable, una solicitud de amistad o una conversación que parece inofensiva. Te escriben en redes, te hacen sentir especial, te escuchan, te dicen justo lo que necesitas oír. Algunos llegan por chats de videojuegos, otros por grupos de estudio o empleo. Te ofrecen una oportunidad, un viaje, una promesa de amor. Pero detrás de esa pantalla puede estar una red criminal lista para atraparte. En Medellín y Antioquia, las autoridades han advertido sobre el aumento de casos de trata digital: jóvenes y adolescentes contactados por personas que aparentan empatía y terminan robándoles su libertad. No todo lo que brilla en internet es oro. Detente, puede ser trata de personas.

Las redes sociales son hoy el nuevo campo de caza para los tratantes. Usan perfiles falsos, fotos robadas y discursos encantadores. Saben detectar la soledad, las carencias, los sueños. Convierten la confianza en una herramienta de manipulación. Lo más peligroso es que no se necesita contacto físico para atrapar: basta con un vínculo emocional. Prometen dinero, viajes o cariño, y cuando la víctima ya confía, comienzan las amenazas y el control. En Medellín se han reportado casos en los que incluso menores de edad fueron seducidos por gamers o supuestos influencers que luego los extorsionaron o trasladaron a otros lugares. Por eso, si algo te incomoda o alguien te ofrece demasiado, habla, busca ayuda, no te calles.

Pero también hay esperanza. En la ciudad existen equipos de acompañamiento psicosocial y jurídico que están devolviendo la vida a quienes fueron víctimas de trata. Profesionales que trabajan desde la empatía, que ayudan a sanar traumas, que reconstruyen la autoestima de quienes fueron engañados y aislados. La reunificación familiar es un proceso lento, pero posible; el apoyo emocional, una herramienta vital. No todo se acaba cuando alguien cae en una red: hay caminos para volver, hay instituciones que escuchan y acompañan sin juzgar.

La lucha contra la trata digital comienza con la prevención. Padres, docentes y jóvenes deben reconocer que el peligro no siempre tiene un rostro desconocido; a veces tiene una sonrisa en línea y un avatar atractivo. Detente antes de confiar, verifica antes de creer, habla antes de caer. La libertad se defiende también con un clic responsable. Si sospechas, reporta al 123. Tu voz puede ser la alarma que salve a alguien más.